Exámenes e informes de evaluación
No hace muchos años los maestros evaluamos a nuestros alumnos de Educación Primaria con sólo dos indicadores de logro: P.A (Progresa Adecuadamente) o N.M (Necesita Mejorar). La LOMCE con un currículo muy detallado de cada asignatura/área pone el énfasis en las notas numéricas desde Educación Primaria. Es decir, hemos pasado de un P.A a un SB (9 ó 10), pudiéndose hacer la media aritmética entre todas las áreas de Educación Primaria. Así, podemos encontrar en un boletín académico informativo del alumno, por ejemplo, que el alumno tiene un 6,3 entre la media de todas las áreas que ha cursado.
Por el contrario, comienzan a aparecer iniciativas que apuestan por un trabajo de aprendizaje sin asignaturas ni exámenes.
Es difícil posicionarme en una postura o en otra. Lo que es cierto es que considero que la evaluación sistematiza el registro del aprendizaje del alumno. Predice la evolución académica del alumno y permite conocer las amenazas y fortalezas de los alumnos.
En la Comunidad de Madrid, la ORDEN 3622/2014, dicta en su artículo 21 que los padres o tutores legales tendrán acceso a los exámenes de sus hijos o tutelados dentro del centro educativo. No obstante, también indica que el tutor deberá informar periódicamente a las familias. Con todo esto, volvemos a encontrarnos un nuevo callejón sin salida. El maestro o tutor debe confeccionar unos informes que orienten a las familias sobre la evolución del alumno.
Podemos resumir que la LOMCE abarca desde los estándares de aprendizaje enmarcados en una rúbrica con indicadores de logro, hasta la calificación numérica y las pruebas externas (tal como estipulaba la L.O.E). Aparece también la «revalida» o prueba extraordinaria, que curiosamente rompe con el caracter global y continuo que se le da a la evaluación final.
La LOMCE remarca el valor del resultado, del número, en parte para predecir y conocer realmente el aprendizaje alcanzado del alumno. Pero, nuevamente hemos de preguntarnos ¿se están dando recursos a los maestros para todo este procedimiento de evaluación?
En este sentido, Goliat 2.0 intenta hacer un camino más flexible en todo este proceso de evaluación. Intenta que el maestro, sistematice su evaluación y programación fácilmente, intentando que la evaluación no sea un proceso de asignación de números, sino que el juicio de valor del maestro tome un peso específico.
Goliat 2.0 (el cual se puede descargar desde la pestaña «Descargar Goliat 2.0»), es un cuaderno flexible tanto a la metodología como a la evaluación del maestro ofreciendo distintas herramientas. Una de esas herramientas hace referencia a lo que se está comentando en este post.
Así pues, quisiera dejaros dos videotutoriales que se sustentan en la LOMCE (especialmente en la ORDEN 3622/2014). El primero de ellos, es como hacer un pequeño informe (muy flexible) que informe y oriente a las familias sobre los exámenes, tareas, actividades o ejercicios de los alumnos.
El segundo, hace referencia a cómo registrar muy fácilmente las pruebas externas tanto de 3º como de 6º y que el programa genere los informes recomendados por la LOMCE.
Con todo ello, este post intenta ser una reflexión de las ventajas que un sistema como la LOMCE puede ofrecer al maestro. Es decir, al tener que detallar y registrar metódicamente el aprendizaje del alumno podemos tener multitud de datos que bien analizados pueden ayudar al alumno a mejorar sus debilidades.
Un sistema sin evaluación, puede traer lagunas en el aprendizaje. Es por ello, que considero importante la evaluación, bien registrada y analizada para que el maestro pueda ejercer un correcto juicio de valor sobre su alumnado.