Comienza un nuevo curso… ¿por competencias clave o competencias básicas?

Bienvenidos a este nuevo curso 2017-2018, donde el trabajo por competencias será piedra angular de nuestro trabajo como docentes. Desde que en los diferentes Consejos Europeos de marzo de 2003 y 2005, se sentaran las bases para transferir las destrezas básicas a las competencias clave (OCDE, 2005) y en consecuencia dar como resultado el proyecto DeSeCo (Definición y Selección de Comeptencias Básicas Teóricas y Conceptuales), las competencias clave son la pieza angular para tres aspectos de la vida de una persona: capital cultural, social y humano.

En este contexto la LOE (2006) y posteriormente la LOE-LOMCE (2013), las incluye en el currículo y las define como aquellas que deben adquirir los jóvenes a lo largo de su formación, para desenvolverse en el mundo actual y ser aptos para desempezar una profesión que a la vez sea beneficiosa para la sociedad.

En este contexto, y en España, las competencias clave (LOE-LOMCE) sustituyen a las competencias básicas (CCBB) de la LOE, y vienen a armonizarse con las expresadas en las directrices europeas, tanto en denominación como en número (7). Es en la LOE-LOMCE donde las competencias formulan un nueva definición, que nosotros, como maestros no podemos obviar en nuestras clases.

En este sentido, no debemos liarnos mucho más que saber que las CCBB de la LOE (2006) coincidió con la difusión de las directrices europeas. La LOE seleccionó ocho competencias, en base a las establecidas por el Marco Europeo, y las denominó básicas al entender que eran las que debían garantizar el sistema educativo español en la formación del alumnado (competencias base del desarrollo competencias del alumnado).

Con la llegada de la LOE-LOMCE se cambió la terminología para adaptarla más concretamente al espacio europeo, refiriendo a aquellas competencias necesarias a lo largo de la vida para tener un desarrollo personal satisfactorio:

Comunicación lingüística, competencia matemática y competencia básica en ciencia y tecnología, competencia digital, aprender a aprender, competencias sociales y cívicas, sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor y conciencia y expresiones culturales.

También podemos encontrar otro tipo de terminología como: competencias específicas (o propias) y competencias transversales.

Las competencias propias son aquellas que se definen en un área (o antiguamente llamada asignatura- con la LOE-LOMCE cambia esta terminología también).

Por ejemplo, la competencia lingüística puede ser entendida, en un principio, como la función lógica del área de lengua (castellana, de idiomas o autonómica, por ejemplo).

Las competencias transversales se refieren al ámbito universitario, donde los aprendizajes propios de cada materia tienen más peso en el desarrollo de los programas de las diferentes titulaciones (liderazgo o trabajo en equipo).

Para finalizar, es muy importante entender que las competencias clave son adquiridas por el alumno, el cual, a su vez las desarrolla. Con esto, debemos tener en cuenta, que un maestro no enseña competencias. El maestro enseña conocimientos, habilidades, conceptos, actitudes, destrezas a través de estrategias (metodología). Todo este conjunto facilita el desarrollo final de las competencias.

Nuestro trabajo, por tanto, es intentar vincular y establecer analogías entre una nueva situación desconocida a una conocida.

Veamos un ejemplo, muy sencillo. Este año, en mis clases de 5º de Primaria, voy a trabajar la expresión escrita y oral. Desarrollo una unidad didáctica con los elementos propios y actuales de la LOE-LOMCE. En esta unidad didáctica también hay que trabajar, por ejemplo los adjetivos y los verbos.

Podemos empezar por la teoría del adjetivo y verbo (taxonomía de Bloom, escalón más bajo), pero la idea es que creen un texto narrativo (por ejemplo), utilizando los adjetivos y los verbos en esa expresión escrita.

El proyecto de creación (taxonomía de Bloom, escalón superior –> crear), establece -con la teoría estudiada- crear historias, cuentos, narraciones, noticias, anuncios, mensajes, cartas, emails, pequeñas novelas… hasta llegar a conocimientos reales (cursos superiores de secundaria y bachillerato) de interpretación o creación de contratos de trabajo, de alquileres o de arrendamiento.

Goliat Avanza

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