Competencias clave y el enfoque por tareas

Desde mi punto de vista y experiencia las competencias clave se dividen en dos preguntas: ¿Cómo trabajarlas? y ¿Cómo evaluarlas?

En esta entrada voy a explicar cómo es aconsejable trabajar y/o enseñar las competencias clave. En este sentido quisiera remarcar la importancia de conocer, comprender la importancia del enfoque por tareas para alcanzar las competencias clave.

El enfoque por tareas parte de un enfoque comunicativo. El enfoque comunicativo es cuando el profesor facilita pero el alumno es protagonista de su aprendizaje, dónde el alumno habla de si mismo. La preguntas son abiertas e incluso el alumno hace preguntas a la maestra o maestro. Es decir, el alumno elige el qué y el cómo hacer.

Como vemos el enfoque comunicativo parte de una construcción teórica facilitada por el maestro y el alumno descubre la respuesta. El problema de este enfoque es carácter dogmático, donde el criterio para seleccionar las funciones y nociones comunicativas más adecuadas para cada caso particular en una clase, por ejemplo, de veinte personas queda asignado al hacer y, sobre todo, en un enfoque comunicativa existe la difícil conjunción de funciones comunicativas y contenidos gramaticales.

Por su parte, el enfoque basado en tareas da respuesta a las carencias del enfoque comunicativo y se acerca más a una enseñanza por competencias.

Como he ido viniendo indicando en esta página web, para trabajar las competencias claves debes construir un puente entre la teoría y la práctica. Esto es, enseñar por competencias no es centrarse exclusivamente en el producto final o en Situaciones de Aprendizaje que asemejan la realidad. Obviar la teoría es romper ese puente de aprendizaje y por tanto la competencia no sería alcanzada.

Para construir ese puente, el enfoque por tareas añade dos preceptos a los estudiados en la base teórica:

  • El aprendizaje experiencial: el alumno aprende cuando pasa por la experiencia y se involucra.
  • La construcción analítica del conocimiento lingüístico: anteriormente se pensaba que la adquisición de la lengua meta se producía a partir de la adición de «unidades de conocimiento» de manera lineal. En el enfoque por tareas se rompe con la presuposición de que el desarrollo del aprendizaje interno en el alumno es paralelo a la presentación de contenidos del programa de aprendizaje. Esto rompe con la problemática del enfoque comunicativo sobre cómo diseñar el currículo y la cuestión se simplifica: a comunicar se aprende comunicando.

Esto es, la práctica comunicativa pasa a ser lo fundamental y los contenidos funcionales, nocionales y gramaticales no desaparecen, pero quedan supeditados a dicha práctica.

En definitiva, una enseñanza por competencias requiere de un enfoque por tareas.

Un claro ejemplo:

Unidad didáctica: «Conocer un blog».

Toda la unidad se estructura alrededor de la preparación de esta tarea (Situación de aprendizaje -práctica): crear un grupo en una red social o un blog sobre nuestra clase.

Materiales reales, en este sentido, son necesarios. El enfoque por tareas se centra en los procedimientos de clase, en lugar de en un marco teórico nuevo pero de difícil gestión. Sin perder el sentido gramatical la práctica en situaciones real cobra toda la relevancia.

Goliat Avanza

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